Tener un avión presidencial con características especiales que satisfagan las necesidades del Poder Ejecutivo para sus desplazamientos pareciera tener cierta razonabilidad, el episodio del presidente en Bali demostraría esa necesidad.
De todas formas lo que molesta a muchos es la oportunidad en función de la situación económica del país, aunque 23 millones de u$s sea poco dinero aún para el nuestro.
Además esta compra decidida a velocidad inusitada para la gestión de gobierno por el episodio presidencial podría servir de alerta y ser un llamado serio de atención para la situación de las FFAA en general y la necesidad de cazas supersónicos en particular, ¿vamos a esperar a tener un susto mayúsculo a nivel estratégico para comprar los cazas? Hay que avisarle a los decisores políticos que los sistemas de armas sofisticados no se compran listos para volar en un supermercado o en una tienda de usados.
El proceso lleva tiempo porque habrá que preparar las instalaciones, tendremos que capacitar a las tripulaciones hasta transformarlas en Top Gun, y tendremos que preparar a las tripulaciones de tierra, a los mecánicos y las cadenas logísticas para los repuestos. Todo el proceso puede llevar cuando menos dos, tres o más años para que sea completamente operacional.
Me da la impresión que nuestros gobernantes de cualquier espacio político carecen por completo de la visión estratégica necesaria para pensar en estos términos.