viernes, 4 de julio de 2008

Estado ausente


Buenos Aires, 4 de julio de 2008.
Sr. Director:
Escribo estas líneas indignado por la muerte de una paciente, víctima de un anestesista con prontuario, en un lamentable "sanatorio" y por la escasa reacción de las autoridades escolares ante la supuesta violación de una niña de 6 años durante el horario de clases en una escuela de Pilar.
Estos y otros tantos casos son producto del “Estado Ausente”, que abandona a los que menos tienen en aquellas áreas donde su presencia nadie discute: seguridad, salud, educación, justicia. Tanto el Estado Nacional, como los provinciales o municipales pecan por omisión en estas áreas y los efectos se ven en los acontecimientos cotidianos: hospitales y sanatorios que funcionan en forma precaria, criminalidad en ascenso, falta de controles que permiten abusos de todo tipo, escaso cumplimiento de las leyes , escuelas en estado calamitoso, servicios públicos básicos que no llegan a quienes más lo necesitan, imperio de las actividades económicas informales, calles y caminos vecinales en pésimo estado, ausencia de la prevención policial, justicia tardía y escasa, asentamientos en lugares de extremo riesgo para sus ocupantes y terceros, violación de la propiedad privada, delincuencia juvenil en ascenso y sin castigo ni contención, y tantos otros ejemplos.

Mientras tanto los políticos de turno se llenan la boca con discursos vacíos de contenido, buscan enemigos en todos lados, culpan a terceros de los males presentes, pasados y futuros y miran las encuestas pensando en los votos que ganarán o perderán. Es que mientras el estadista piensa en la próxima generación el político argentino piensa sólo en ganar la próxima elección.
José María Condomí Alcorta