martes, 11 de enero de 2005

"República Cromagnon"

Enviada al diario en 2005.

Sr. Director:

En el caso “República Cromagnon” queda brutalmente claro el precio de no hacer aquello que las autoridades deberían haber hecho en su momento, esto es cumplir y hacer cumplir, sin tolerancia de ningún tipo, las reglamentaciones vigentes.
¿Cómo nadie previó lo que podía pasar? ¿Cómo no se tomaron las medidas como para evitarlo? ¿Cómo no controlaron? son las preguntas habituales de aquellos que miramos azorados las consecuencias de la inacción.
La respuesta es simple: nuestras autoridades políticas son reactivas. Reaccionan ante los hechos consumados, se rasgan las vestiduras, se escandalizan, buscan culpables y condenan. Prever, anticiparse, ser responsables con las consecuencias de los escenarios futuros negativos, planificar, no son características habituales en nuestros dirigentes.
Pero aquello que era muy improbable de tanto en tanto ocurre y se transforma en tragedia y quienes deberían haberlo previsto, dado que para ello fueron elegidos o asignados a una función, intentan escurrirse de sus responsabilidades asignándoselas a terceros.
Exijamos a nuestros dirigentes que se anticipen, prevean, y administren, controlen y supervisen en consecuencia. Son ellos los responsables indirectos por omisión de esta tragedia que hubiese sido fácil de evitar. Hubieran bastado con los controles periódicos y obligatorios de inspectores probos, las intimaciones que hubieran correspondido al dueño del local y penas y multas de efectiva aplicación de no realizar las obras requeridas. Es muy probable que, en este lamentable episodio, hubiera bastado con un bombero probo que, vistas las condiciones del local, hubiera impedido la apertura del mismo. Pero hubo de ocurrir esta enorme tragedia para que las autoridades municipales pongan manos al asunto. Es que, para ellos, el precio de la tragedia ahora se mide en votos.

José María Condomí Alcorta