Ante tanto hecho de violencia en el que mueren policías durante intercambios de disparos con delincuentes cabe preguntarse si los primeros reciben en calidad y cantidad la instrucción de tiro que se merecen y merecemos. Cuando un policía da la voz de alto y desenfunda su arma debe estar en capacidad de realizar un primer disparo certero y eficaz. Así, cuando un delincuente escuche la voz de “¡Alto, policía! Sabrá con seguridad que se enfrenta a una decisión dramática: depone su actitud o será alcanzado por la justicia, con violencia. Con una instrucción intensiva tanto de tiro de escuela como táctico los policías podrán cumplir mejor con su función de protegernos y, tan importante como la primera, estarán más seguros ellos.
Enviada el 09 de agosto de 2010