Enviada al diario en 2001.
Buenos Aires, agosto del 2001.
Sr. Director,
El poder militar de un Estado no sólo representa la defensa de última instancia de sus intereses vitales sino que, asimismo, contribuye a sostener y mejorar sus capacidades de negociación frente a otros Estados en beneficio de sus ciudadanos.
En este sentido y como confirmación de que en materia de relaciones entre Estados la realidad termina imponiéndose sobre voluntarismos y idealismos, es importante destacar la declaraciones efectuadas a La Nación y publicadas el 4 del corriente mes por, José Luiz Machado, diplomático y asesor especial del ministro de Defensa brasileño Geraldo Quintão, quién justificando la incorporación del portaviones Sao Paulo a la Flota de Mar brasileña afirmó que: "Brasil no considera válida ninguna hipótesis de conflicto con ningún país vecino, pero tenemos que tener una capacidad de defensa proporcional a nuestro status como país. Hoy, nuestra capacidad de defensa está por debajo de esa proporción" y además aclara: "Pero a medida que un país se desarrolla, aumentan en el mundo sus competidores y los antagonismos. Nosotros creemos que no estamos en una posición de abandonar nuestra capacidad de defensa, porque no sabemos qué antagonismos pueden surgir en el futuro." Cabe destacar que el mencionado portaviones es capaz de transportar en su hangar una cantidad de aeronaves de combate que supera el número de A4-AR que posee nuestra Fuerza Aérea.
En momentos en que se abre la posibilidad de extender la ZEE a 350 millas, con las inmensas posibilidades económicas que esto representaría para nuestro país, deberíamos tener en cuenta no sólo el ejemplo de Brasil en materia de Defensa sino que, muy especialmente, estudiar la línea de pensamiento que guía a sus dirigentes.
José María Condomí Alcorta
Submarinos
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